miércoles, 13 de febrero de 2008

TERRA DE NINGÚ

TERRA de NINGÚ (Terra nullius):
Territori fronterer sobre el qual cap estat exerceix la sobirania i que, en conseqüència, és considerat terreny neutral.


Hi ha un lloc pel qual m'agrada passejar. És un lloc que són molts llocs, un forat que dona a l’habitació de l’altre costat del món. Aquest espai és una exposició on les fotografíes parlen i tenen cor i color i aroma.
També tenen història.
A cops no cal preguntar-li a la foto quina és, només cal veure més enllà d’ella i recordar allò que vas escoltar un cop, que vas llegir, que vas somniar. Allò que mai, mai, havies pogut imaginar que fos real i que, en el fons, desitjaves o rebutjaves que ho fos.
Altres cops, però, l’ull viatger et pot explicar com va ser allò d’aquells nens que et van demanar l’ampolla d’aigua, no per beure, si no per fer en ella un trenet en el que jugar tota la tarda. I encara em fa un tomb el cor quan recorde que no sabien per a que servia eixa caixa de colors fins a que no vas passar un per un full de la llibreta i van descobrir, potser en aquell moment, el que era dibuixar. On va ser, Patri?



Foto: TERRA de NINGÚ
http://www.terradeningu.com/cat/index.php
ESPAI de SENSACIONS VISUALS
Carles Calero
Patri Rodríguez

jueves, 7 de febrero de 2008

PASO INSPIRACIÓN BARRIDA


Cada mañana iba, antes del amanecer, en su vieja y chirriante bicicleta, hacia el centro de la ciudad, a un gran edificio. Allí esperaba, con sus compañeros, en un patio, hasta que le daban una escoba y le señalaban una calle que tenía que barrer.
A Beppo le gustaban estas horas antes del amanecer, cuando la ciudad todavía dormía. Le gustaba su trabajo y lo hacía bien. Sabía que era un trabajo muy necesario.
Cuando barría las calles, lo hacía lentamente, pero con constancia; a cada paso una inspiración y a cada inspiración una barrida. Paso inspiración barrida. Paso inspiración barrida. De vez en cuando, se paraba un momento y miraba pensativamente ante sí. después proseguía, paso inspiración barrida.Mientras se iba moviendo, con la calle sucia ante sí y la limpia detrás, se le ocurrían pensamientos. Pero eran pensamientos sin palabras, pensamientos tan difíciles de comunicar como un olor del que uno a duras penas se acuerda, o como un color que se ha soñado. Después del trabajo, cuando se sentaba con Momo, le explicaba sus pensamientos. Y como ella le escuchaba a su modo, tan peculiar, su lengua se soltaba y hallaba las palabras adecuadas.

- Ves, Momo – le decía, por ejemplo -, las cosas son así: a veces tienes ante ti una calle larguísima. Te parece tan terriblemente larga, que nunca crees que podrás acabarla.

Miró un rato en silencio a su alrededor; entonces siguió:

- Y entonces te empiezas a dar prisa, cada vez más prisa. Cada vez que levantas la vista, ves que la calle no se hace más corta. Y te esfuerzas más todavía, empiezas a tener miedo, al final estás sin aliento. Y la calle sigue estando por delante. Así no se debe hacer.

Pensó durante un rato. Entonces siguió hablando:

- Nunca se ha de pensar en toda la calle de una vez, ¿Entiendes? Sólo hay que pensar en el paso siguiente, en la inspiración siguiente, en la siguiente barrida. Nunca nada más que en la siguiente.

Volvió a callar y reflexionar, antes de añadir:

- Entonces es divertido; eso es importante, porque entonces se hace bien la tarea. Y así ha de ser.

Después de una nueva y larga interrupción, siguió:

- De repente se da uno cuenta de que, paso a paso, se ha barrido toda la calle. Uno no se da cuenta cómo ha sido, y no se está sin aliento.

Asintió en silencio y dijo, poniendo punto y final:

- Eso es importante.


MOMO

Michael Ende






No, no se me ha tragado la tierra. Es sólo que estuve barriendo.


Foto: El callejón del SC. No hace mucho, un día que pasaba por allí.