domingo, 21 de diciembre de 2008

EN BLANCO Y NEGRO


El problema, naturalmente, era que Baba veía el mundo en blanco y negro. Y era él quien decidía que era blanco y que era negro. Es imposible amar a una persona así sin tenerle también miedo, tal vez incluso sin odiarlo un poco.






Cometas en el cielo
Khaled Hosseini
Foto: Mi ajedrez.

martes, 26 de agosto de 2008

EL QUE CANTA...

El que canta su mal espanta.

Así que, como siempre, mejor ir y venir cantando.

The Beatles - Bésame mucho

lunes, 16 de junio de 2008

DÉJAME VIVIR






Ayer, cosas de la vida, se me apareció esta canción. Y me puse a cantar y a bailar, así, suavecito.



Gana con vídeo, por la fotografía y por ver a la Shica medio taconeando. Que, por cierto, cómo me gustan esos tacones. Un día me los regalo y me marco un desplante a la flamenca. Así, a lo déjame vivir y no me vengas con milongas.



Y me quedo palmeando, con la Mari y el Pau Donés, que vaya, siempre trae aires de Flaca de Agua de Lado Oscuro y de alguna que otra canción, que venga, sí, alguna vez escuchamos tanto, pero tanto. Como eso de hace días que te observo y he contado con los dedos...

miércoles, 4 de junio de 2008

ALGO CONTIGO

Hoy me uno a Nutxo, pero yo canto con Los Panchos.

Otra versión de la canción que está también en mi BSO particular.

martes, 27 de mayo de 2008

LOS CLÁSICOS DE BARRACHINA

Érase una vez un lugar donde tenían cabida todos los libros del mundo. Un lugar donde entraba poca luz y olía a papel viejo y amarillento. Un lugar al que debías entrar sin buscar nada para ser capaz de encontrar un tesoro. Yo encontré algunos, menos de los que hubiera deseado, quizás. Siempre me paraba a ver los discos y libros que Barrachina colocaba en la puerta de su quiosco, pero contadas veces entré dentro a perderme entre sus estanterías. Así que, quizás, se podría decir que los tesoros se aparecían a mi paso, como colocados estratégicamente para ser rescatados entre un manual de autoayuda y aquel libro de Bill Cosby.
El otro día, el quiosco de Barrachina estaba abierto otra vez. Otra, y por última, vez. Entonces, quizás por ese poder que tiene el tiempo, y más que el tiempo la cuenta atrás, los tesoros parecían estar menos escondidos –digo menos, sólo menos escondidos-, o es que quizás nosotras andábamos un poco con el olfato más fino. Y aparecieron Moby Dick con Robin Hood y Dick Turpin. Jane Austen, Dickens y un Saint-Exupéry con su Vuelo Nocturno que casi hace que se me salten las lágrimas al pensar que también iba a encontrar a mi Principito entre las estanterías de Barrachina.
Toda una selección de Dick Tracy para Neleta, un clásico de Shakespeare, un tratado de comunismo de Carrillo y un Catón Moderno de 1948, que viene a ser el libro de texto con el que los niños de aquella época aprendían a leer, entre otras cosas.
Y algunos más. Pequeños tesoros.
Mis tesoros, joyitas a euro.
Y esta vez, sí que sí, los últimos libros del quiosco Barrachina.


Fotos: De expedición con Neleta.
Quiosco Barrachina, 24 de mayo de 2008.

sábado, 19 de abril de 2008

DEL ALMA SUYA

Me siento a tomar un café con Martín. Él siempre me hace reír con sus historias de pena absoluta y sus amores eternos que ya se acabaron. Me habla de aquella Inés que fue del alma suya y de como la sigue imaginando en un café de París con su Marx y Engels y Guevara, mientras ella es ahora Inés en Brasil, muy a pesar de Martín y de sus intentos exagerados para que se quedara a su lado. Del lado del alma suya.
Hacía tiempo que no veía a Martín, que no me sentaba con él a hablar de esas cosas que no tienen mucho sentido pero que para nosotros tienen todo el sentido del mundo, cuando el otro día, cosas de la vida, nos encontramos en una librería de Vigo y pasó eso tan maravilloso que pasa cuando hace mucho que no ves a un amigo: Pasó que parecía que no había pasado el tiempo. Y así sigue, tocándose los cinco bultitos del cuello cuando se pone nervioso, porque hasta con una vieja amiga se pone nervioso a ratos, y con ese ligero tembleque que le quedó en la pierna después de tener que moverla mucho para tener que entrar en calor en las frías noches de invierno parisino.
Parece que Martín consiguió curarse de Inés, a ratos. A otros ratos no estaba curado para nada, y seguía conservando aquella hondonada en su particular museo inesiano, y tomándo esas pastillas horrorosas para olvidar que tenía que olvidarla. Cuando le encontré llevaba bajo el brazo, como ya era habitual tras el periodo octaviano, porque ya todo era un antes y después de, a Don Pío y a Hemingway. Andaba buscando un lugar en algún país donde no tuviera amigos para no tener que molestarles hablándoles de Octavia, porque entonces había dejado de ser un poco Inés para ser más Octavia. Aunque no era un problema de nombres, claro está, sino de algo que nunca llegué a comprender del todo, porque yo siempre creí que la cosa estaba en que nadie entendía del todo a Martín, básicamente, por mucha Inés del alma suya que fuera o por mucho que le entrara el hipo a Octavia Marie Amélie de Cádiz.
Aunque es cierto que Octavia le ayudó. A una persona que te ha abandonado para siempre, Martín, tienes que olvidarla también para siempre, le decía. Pero al final Martín se quedó de nuevo imaginándola, como antes imaginó a Inés por calles de París, mientras ella era ahora Octavia en Italia, porque es a Italia donde se fue Octavia sin Martín.
Sin Martín. Porque al final parece que siempre es Martín el que se queda en París y claro, convéncele tú de que Inés y Octavia fueron casos puntuales que no tienen por que darse de nuevo, si Martín antes de sacar a una chica a bailar, imagina una vida entera a su lado.
Y yo, claro... yo que todo me lo quedo empiezo con ese temblor en la pierna y ni hablar de los bultitos que de repente me salen en el cuello. Y ya van seis. Porque si a ti te duele, a mí me duele.

Y al final me veo en ésas de convencerle de que París es una fiesta cuando antes de sacarle a bailar yo ya había imaginado...





Foto: Anna mirando la Torre Eiffel con su ojo-objetivo.
www.noexagero.blogspot.com

martes, 1 de abril de 2008

IDA-VUELTA-IDA-VUELTA

Reencuentros. Un, dos, tres, cuatro, cinco reencuentros. Cervecita va, cervecita viene. Y en Vigo llueve todo el rato pero bares, que lugares! Y así es como acabas pasando tres veces por debajo de la mesa del futbolín. Así y con licor café, claro.

- Ayer, mientras estaba sentada en el suelo del aeropuerto de Santiago, por un momento, tuve la sensación de que parecía una mochilera...
- ¿Tuviste l
a sensación de que parecías una qué? Perdona, tú ya eres una mochilera.

Claro que las mamás lo ven todo diferente y yo estoy a años luz de ser viajera-viajante, que es a lo que realmente me quiero dedicar, por cierto. Que yo lo único que intento hacer son unos pinitos, para coger tablas y demás. Aunque de vuelta ando, eso sí, y con la maleta a medio hacer otra vez para la semana que viene, eso también. Pero la mamá exagera, ya se sabe.
Y hoy abro el buzón y tengo postal de Samuel desde la Piazza San Pietro, que después de pasar unos días haciendo fotos al sol del Mediterráneo, de ganar el mundo (at least!) jugando a los dardos en La Pacheca y de que yo tratara de convencerle de que la lluvia en Santiago de Compostela es arte, se fue y me dejó para ir en busca de trabajo veraniego en algún punto de Italia. Él sí que se lo monta bien y no yo, viajante de tres al cuarto.

Y Pauline me trae un Principito alemán que me compró a los días de llegar a Nordestedt, porque ella es viajera pero de las de quedarse un ratito y aprender alemán. Y Martina enseña al alemán a falar galego y, ya casi de vuelta pero sin haber vuelto del todo, me voy a tomar las tres últimas con Patri y un Principito que llegó en agosto de la India y con el que todavía no había tenido la oportunidad de hablar sobre rosas y baobabs.

Y entre unas cosas y otras, vuelvo también del norte con algunos cuentos de Cortázar, más mariposas en la cabeza y las ganas locas de volver y no dejarme a nadie en el tintero.

Ida-vuelta-ida-vuelta y la mochila a medio hacer.


Foto: Plaza del Obradoiro, Santiago. Pauline y Samuel, a horas de que saliera el avión de Samuel.
Lunes, 24 de abril de 2007.

martes, 11 de marzo de 2008

VIAJANDO EN AUTOBÚS


Parece que voy sentada en el autobús de vuelta a casa, pero en realidad, donde realmente estoy es en uno de esos coches viejos de color ocre y chapa oxidada. Suena música y yo canto más que fuerte.

Girl, you really got me goin’

You got me so I dont know what I’m doin’

Sentada del lado del copiloto, claro. Con las sandalias en el suelo y los pies en el salpicadero. Al solecito. Y empiezo a cantar más fuerte si cabe, porque al bajar la ventanilla no me oigo.

Yeah, you really got me now

You got me so I can’t sleep at night

Y voy dejando atrás señales que me indican, por una vez, que estoy a tantos kilómetros del lugar exacto al que quiero llegar. Y el viento me despeina, pero no me importa porque hace tiempo que dejaron de importarme las cosas que no importan.

You really got me

You really got me

You really got me

Así que miento si digo que hoy viajo en autobús, pues no hago más que pasear por lugares de esos que parece que sólo existen en los libros. Y voy inventando maneras, trazando rutas, ideando planes, de dar la vuelta al mundo en ochocientos ochenta y ocho días, parando aquí y allá, haciendo esto y aquello. Con poco equipaje para dejar espacio en el maletero para dos copias de cada Principito que encuentre a mi paso, y en cada lugar, una postal escrita junto a un café con leche para que mi prima siga coleccionándome.

See, don’t ever set me free

I always wanna be by your side

Girl, you really got me now

You got me so I can’t sleep at night…

Despeinada y sin zapatos, siguiendo el ritmo con los pies. Con calma, buena música y mejor compañía.





Suena: You really got me. The Kinks, 1964



martes, 4 de marzo de 2008

GRAMMA-RETRATO Nº3


Enero de 2007. Empezaba a nevar en Torun el día que conocí a un poeta. Pero un poeta de los de verdad, no crean que les hablo de cualquier cosa. De los que escriben desde dentro hacia fuera y que sacan un papel del bolsillo y anotan, observan y anotan, sienten - y sienten - y luego anotan. Moro escribe poemas y cuentos, y a mí un día, al poco de conocernos, me regaló un gramma-retrato. Concretamente, el gramma-retrato nº3. Y entonces, mi nombre y sus palabras se pusieron a jugar, y a mí el poeta me dejó sonriendo con sus versos escritos en un papel azul.
Siempre le leo en voz alta, porque me suena bonito escucharme en su lengua. Y es que és es un poeta del norte, claro. De Galicia.

Y hoy, recuperando el diario de bitácora de Polonia volví a leerle. Y sí, me hizo sonreír otra vez.

GRAMMA-RETRATO Nº3

INCRÍBEL
NINFA DE CORES
ENERXÉTICAS
SOBREVOANDO
TORUN.
UNHA
RAPARIGA CON
PODEROSA
INTENSIDADE
NATURAL.



Foto: Terraza del café de la Place du Forum en Arlés por la noche. Van Gogh, 1888. Porque pocos lo saben cuando miran el cuadro, pero Martina y Moro están ahí sentados. Justo en la mesa del final.

miércoles, 13 de febrero de 2008

TERRA DE NINGÚ

TERRA de NINGÚ (Terra nullius):
Territori fronterer sobre el qual cap estat exerceix la sobirania i que, en conseqüència, és considerat terreny neutral.


Hi ha un lloc pel qual m'agrada passejar. És un lloc que són molts llocs, un forat que dona a l’habitació de l’altre costat del món. Aquest espai és una exposició on les fotografíes parlen i tenen cor i color i aroma.
També tenen història.
A cops no cal preguntar-li a la foto quina és, només cal veure més enllà d’ella i recordar allò que vas escoltar un cop, que vas llegir, que vas somniar. Allò que mai, mai, havies pogut imaginar que fos real i que, en el fons, desitjaves o rebutjaves que ho fos.
Altres cops, però, l’ull viatger et pot explicar com va ser allò d’aquells nens que et van demanar l’ampolla d’aigua, no per beure, si no per fer en ella un trenet en el que jugar tota la tarda. I encara em fa un tomb el cor quan recorde que no sabien per a que servia eixa caixa de colors fins a que no vas passar un per un full de la llibreta i van descobrir, potser en aquell moment, el que era dibuixar. On va ser, Patri?



Foto: TERRA de NINGÚ
http://www.terradeningu.com/cat/index.php
ESPAI de SENSACIONS VISUALS
Carles Calero
Patri Rodríguez

jueves, 7 de febrero de 2008

PASO INSPIRACIÓN BARRIDA


Cada mañana iba, antes del amanecer, en su vieja y chirriante bicicleta, hacia el centro de la ciudad, a un gran edificio. Allí esperaba, con sus compañeros, en un patio, hasta que le daban una escoba y le señalaban una calle que tenía que barrer.
A Beppo le gustaban estas horas antes del amanecer, cuando la ciudad todavía dormía. Le gustaba su trabajo y lo hacía bien. Sabía que era un trabajo muy necesario.
Cuando barría las calles, lo hacía lentamente, pero con constancia; a cada paso una inspiración y a cada inspiración una barrida. Paso inspiración barrida. Paso inspiración barrida. De vez en cuando, se paraba un momento y miraba pensativamente ante sí. después proseguía, paso inspiración barrida.Mientras se iba moviendo, con la calle sucia ante sí y la limpia detrás, se le ocurrían pensamientos. Pero eran pensamientos sin palabras, pensamientos tan difíciles de comunicar como un olor del que uno a duras penas se acuerda, o como un color que se ha soñado. Después del trabajo, cuando se sentaba con Momo, le explicaba sus pensamientos. Y como ella le escuchaba a su modo, tan peculiar, su lengua se soltaba y hallaba las palabras adecuadas.

- Ves, Momo – le decía, por ejemplo -, las cosas son así: a veces tienes ante ti una calle larguísima. Te parece tan terriblemente larga, que nunca crees que podrás acabarla.

Miró un rato en silencio a su alrededor; entonces siguió:

- Y entonces te empiezas a dar prisa, cada vez más prisa. Cada vez que levantas la vista, ves que la calle no se hace más corta. Y te esfuerzas más todavía, empiezas a tener miedo, al final estás sin aliento. Y la calle sigue estando por delante. Así no se debe hacer.

Pensó durante un rato. Entonces siguió hablando:

- Nunca se ha de pensar en toda la calle de una vez, ¿Entiendes? Sólo hay que pensar en el paso siguiente, en la inspiración siguiente, en la siguiente barrida. Nunca nada más que en la siguiente.

Volvió a callar y reflexionar, antes de añadir:

- Entonces es divertido; eso es importante, porque entonces se hace bien la tarea. Y así ha de ser.

Después de una nueva y larga interrupción, siguió:

- De repente se da uno cuenta de que, paso a paso, se ha barrido toda la calle. Uno no se da cuenta cómo ha sido, y no se está sin aliento.

Asintió en silencio y dijo, poniendo punto y final:

- Eso es importante.


MOMO

Michael Ende






No, no se me ha tragado la tierra. Es sólo que estuve barriendo.


Foto: El callejón del SC. No hace mucho, un día que pasaba por allí.

lunes, 21 de enero de 2008

FOUTAISES



Foutaises
Jean-Pierre Jeunet, 1989.

domingo, 13 de enero de 2008

VISITA A KHAZAD-DÛM

Hay días en los que me siento tranquilamente a moler café, pongo a hervir el agua y lleno el termo para el camino. En la mochila llevo también lembas, pues el camino será largo y entre montañas. Y poco más necesito, pues los que alguna vez hayáis estado allí, ya sabéis que una vez dentro de la Cámara de Mazarbul la hospitalidad está presente en cada recoveco de esas paredes de roca dura. Dejas la mochila y el abrigo a un lado y buscas tu rincón entre libros y mapas y escritos y papeles garabateados. Y ya no necesitas nada más.
Hoy hace un año que abrió sus puertas, aunque yo empecé a frecuentarla un poco más tarde. Al principio me colaba allí dentro discretamente con mi taza de café y la mirada perdida en sus detalles, sin dejar rastro de mi paso y apenas sin saludar, no por descortesía más por falta de iniciativa. Un día la iniciativa, como todo en esta vida, más que llegar, se apareció ante mí, y el Enano que custodia la Cámara empezó a hablar conmigo como si no fuera la primera vez, como si sólo fuéramos amigos desconocidos aun. Un gran tipo, este Barak.
Y empecé a sentirme como en casa y a entrar con más frecuencia en sus salones. Y empecé también a saludar a los habituales, a los parroquianos, y a comentar todo lo comentable, sin el más mínimo pudor, pues cualquier aportación a la Cámara es siempre bienvenida y hasta los Elfos somos bien recibidos.

Ahora aquel Enano se acerca a veces a mi humilde Café y compartimos conversación entre jarras de cerveza (porque no sólo de café se vive) siempre sentados en la misma mesa. Y a veces, cuando nadie nos oye, evocamos aquellos tiempos en los que los Hombres no estaban tan locos.

Si queréis acercaros, bastará con que toméis el camino a Moria y habléis frente a su puerta oeste. Pedo mellon a minno. Una vez dentro, en el corredor del séptimo nivel del ala norte buscad la sala vigésimo primera. Allí la encontraréis. Y, por favor, no olvidéis saludar a Barak de mi parte.

Por muchos años de Cámara.

martes, 8 de enero de 2008

CANIJO, AHORA TE TOCA A TI

Después del humo negro...

hay que ser valiente y despertar,

y vivir, como vive la gente,

hay que ser valiente amigo...

yo tengo que volar!!

No, yo no puedo quedarme aquí,

si tú quieres quédate tú,

esta vida no es para mí...

yo quiero vivir...

con amor,

con mi gente abajito del sol,

con las olas y al amanacer,

como un niño jugando otra veeeeeeez...

sin parar de correeeeeer!





Después (El verde rebelde vuelve, 2005)

Los Delinqüentes y Bebe




Me levanto cantando porque hoy será mejor que ayer, ¿verdad? Y habrá gente por las calles y los quinceañeros no se retarán en el autobús para ver quien tiene la canción más horrible en su móvil-última-generación.

Y saldrá el solecito... pa' ti, pa' mí, pa' todos.

viernes, 4 de enero de 2008

VISITAS A DOMICILIO


El destino suele estar a la vuelta de la esquina. Como si fuese un chorizo, una furcia o un vendedor de lotería: sus tres encarnaciones más socorridas. Pero lo que no hace es visitas a domicilio. Hay que ir a por él.

- La sombra del viento -
Carlos Ruíz Zafón




Foto: Kristinehamn, Sverige. Noviembre 2007.