Pero si le hubieran preguntado, el niño de los ojos del agua hubiera dicho que quería ser pirata. Era feliz haciendo relojes de arena, pero soñaba con barcos.
Foto: Barco pirata amarrado a la orilla del Mälaren.
"¿Qué hai, Pardal? Espero que este ano poidamos ver por fin a lingua das bolboretas".
O mestre agardaba desde había tempo que lle enviaran un microscopio aos da Instrucción pública. Tanto nos falaba de cómo se agrandaban as cousas miúdas é invisibles por aquel aparato que os nenos chegabamos a velas de verdade, como se as súas verbas entusiastas tiveran o efecto de poderosas lentes.
"A lingua da bolboreta é unha trompa enroscada como un resorte de reloxo. Se hai unha flor que a atrae, desenrólaa e métea no cáliz para zugar. Cando levades o dedo humedecido a un tarro de azucre, ¿a que sentides xa o doce na boca como se a xema fora a punta da lingua? Pois así é a lingua da bolboreta".
E entón todos tíñamos envexa das bolboretas. Que marabilla. Ir polo mundo voando, con eses traxes de festa, e parar en flores como tabernas con bocois cheos de xarope!
A lingua das bolboretas, Manuel Rivas.
Conto que forma parte de ¿Que me queres, amor? (1995)
Ojalá. Silvio Rodríguez.
Al final de este viaje en la vida, 1978
LOVE ME DO, primer single de The Beatles, apareció el 5 de octubre de 1962 y alcanzó el número 17 en las listas.
Y me gustan así, con ese movimiento de cabeza a la beatle, ese corte de pelo a lo beatle. Luego me gustan también, claro. No diré que me gustan más, diré sólo que es un amor diferente. Pero aquellas canciones... Esos estribillos facilones que tienes que cantar con una sonrisa. El poner uno de sus primeros discos, estés donde estés, y que siempre alguien tararee alguna canción, si no es que se une a ti y empieza a cantar con la misma sonrisa que tú. Y es que hay canciones que te contagian, mira.
Cuando era pequeña, yo era de McCartney. El primer recuerdo que tengo de que me gustara alguien que salía por la televisión fue él. Lo confieso. No sé si era un video antiguo de la banda o si simplemente era él ya más mayor, tocando en solitario. No lo sé, la verdad. Lo que recuerdo es que estaba en el comedor del piso que teníamos mi mamá y yo en Castellón, sentada en aquel enorme sofá fucsia y negro que hacía rinconera. En aquel momento no fui consciente del enamoramiento, seguro, como muchas veces no somos realmente conscientes de lo que nos está pasando hasta que ya ha pasado. Pero sí. Paul fue el primero. Y aunque ha pasado el tiempo aun me duele cuando escucho que Martina le llama Jessica Fletcher.
Y es que siempre quedará algo de Paul.
Luego... luego ya me hice de Ringo.
LA ISLA DE LAS FLORES
Documental. Brasil. Color.
35 mm. 13 min. Color.
Dirección: Jorge Furtado
Hay pocas flores en la Isla de las Flores.
6 de octubre de 2006
Nice Torun. Calles de adoquines, edificios de piedra húmeda. Verde, todo verde. Yo bien, más que bien. Kurva matka. Descubriendo, conociendo, oliendo, escuchando, cantando, bailando. Toda yo sintiendo. El fresquito no cala y combatiré los días grises vistiéndome de colores. Ya digo en polaco buenos días, salud, gracias y 717. Quiero aprender, quiero poder decirle a la señora de la parada del mercado que quiero berenjenas...
Foto: Martina jugando con las hojas fuera de las murallas de Torun.
Evocando otoños pasados.
Jesién w Polsce.
Otoño en Polonia.
"Yo a Inés la había visto en un stand de la Feria de Autos, y había procedido inmediatamente a desmayarme, pero detrás del stand, para evitarle problemas, aunque no nos conocíamos ni en pelea de perros. Al recuperarme, regresé a probar otro desmayo pero logré mirarla fijamente veinticinco segundos, antes de vomitar, también detrás del stand, nuevamente para evitarle problemas. Revivo la situación en este momento, y confieso que no logro verme de nuevo viendo a una muchacha tan linda jamás en mi vida. Bueno, tampoco hay que exagerar, que estoy reviviendo sólo esa situación, en este momento. La vida es muy original, felizmente. Pero lo cierto es que entonces, al recuperarme por segunda vez, decidí volverme loco un rato y me acerqué diciéndole que por favor desapareciera en el acto. No era justo. Me daba una flojera horrible empezar de nuevo con el calvario de tenerla que conocer, de tenerla que enamorar, de tenerla que perder tras habernos amado tanto. Le conté que ya me había sucedido y que comprendiera mi situación. Llevaba tres años de abandono de primer amor y todo eso, y ya me creía inmune. Qué no le conté para que desapareciera. Le dije incluso que atrás había un desmayo y un vómito del que habla. Dos pruebas ahí detrás del stand, y sólo por evitarte molestias. Mi frágil bienestar exigía su inmediata desaparición. Me sucedió lo peor que podía sucederme. Inés me miró con sonriente y preocupada ternura, afirmando que estaba loco loquito, me entregó una tarjeta con toda la información sobre los autos que se vendían en su stand de la Feria y me miró con más sonriente ternura, preocupada todavía".